Pienso, luego escribo…

Definitivamente tengo que conseguir algo para ocupar mi tiempo de ocio…

A lo que venía dando vueltas mi cabeza es un poco a que no estaba muy conforme con mi vida últimamente… Sí, estoy chocho porque me voy a Buenos Aires, pero hay otras cosas que me daban vuelta la cabeza… Mayormente inseguridades, es lo que siempre me mata…

Pero esta mañana, cuando iba en un taxi a lo de Pau(que no estaba, pero eso es parte de otra historia), me puse a pensar en mi infancia/preadolescencia, probablemente cuando mejor me sentí respecto a mí mismo, pero eso no es lo importante…

Lo importante es que me acordé de una persona realmente muy especial, que nos enseñó que no importa lo que pase, el humor tiene que estar arriba… Estoy hablando de Enrique(no voy a divulgar el apellido, porque no tengo intenciones de traer recuerdos incómodos a nadie, de paso protejo un poco la identidad de las personas en cuestión…)

Enrique era uno de nuestros compañeros en el equipo de básquet del cole… Cuando teníamos entre 9 y 11 años(realmente no soy nada bueno para las fechas), él se quebró el brazo… Tuvo un par de complicaciones y después nos enteramos por qué: Tenía cáncer…

Él mantuvo su alegría siempre, nunca cambió. Tuvieron que amputarle el brazo…

Él siguió alimentándonos con su buen espíritu cada vez que aparecía… No le importaba tener un sólo brazo y estar enfermo, él siempre nos acompañaba a los partidos hasta el final…

El día en que lo velaron, nosotros(Jere, Marcos, Guille, Darío(Sangu), Matías, Rodrigo y yo) con 14 años prometimos no ponernos tristes, por esa felicidad con la que él había vivido hasta el final… Hoy me acuerdo de esa promesa…

Enrique, te juro que voy a mantener la cabeza alta, por eso lo escribo para tener a toda la internet de testigos… Nunca me voy a olvidar de lo bueno, de lo positivo… Y estoy más que seguro que los que estábamos, no nos vamos a olvidar de lo que nos enseñaste…

Saludos, donde quiera que estés, y gracias…